
Lucía, una adolescente de 16 años, se encontraba en su habitación estudiando para el examen de matemáticas que tenía dentro de dos días. Mientras repasaba unos ejercicios sobre el seno y coseno, cayó en la cuenta de que aquello a ella no le interesaba; lo que realmente quería era disfrutar.

Disfrutar con sus amigos, como cuando años atrás, salían al patio sin preocupaciones.

Disfrutar también como en las actuaciones de fin de curso,

las salidas a la calle por las manifestaciones,


excursiones, etc.

Y con tanta distracción, al reaccionar se dio cuenta que había perdido el tiempo de tal forma, que ya no le quedaba nada para estudiar y recurrió, a lo que pensó que sería una buena idea: las chuletas.

Con este método y a causa de otros líos y peleas, en los que se vio relacionada, Lucía terminó por no asistir siquiera a clase y finalmente abandonó sus estudios.

Años después, nuestra protagonista, acabó arrepintiéndose de su precoz y equivocada decisión, por lo que comenzó a buscar información sobre centros de estudios para adultos, y hoy, sonriente, nos cuenta su historia orgullosa con el graduado escolar entre sus manos.
FIN.
Muy bien. La entrada es correcta.
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